El presidente de la Diputación, Benjamín Prieto, agradeció el interés y la sensibilidad de los vecinos del pueblo con su patrimonio y la gran labor realizada en el lienzo por la restauradora Rosario Arcos Miota
La iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Las Majadas luce ya restaurado el lienzo de San Cristóbal; una obra barroca que forma parte de su extraordinario retablo y cuyas labores de recuperación se unen a las que ya se realizaron hace años en otros dos cuadros: un Calvario y una Crucifixión. La responsable de que el Santo luzca nueva imagen ha sido una vecina del pueblo, Rosario Arcos Miota, una restauradora que, desinteresadamente, ha invertido cinco meses para que este lienzo vuelva a mostrar el esplendor que siglos atrás tuvo.
Benjamín Prieto, presidente de la Diputación de Cuenca, acompañado por Francisco Javier Parrilla, diputado y por Javier Salmeron, concejal del municipio, acudía al acto que se celebraba con motivo del retorno del cuadro a la iglesia de la localidad serrana y agradecía, de manera especial, la sensibilidad del pueblo con el arte y la generosidad de Rosario Arcos en “hacer efectiva la preocupación de los vecinos por su patrimonio, conservándolo y poniéndolo en valor. Somos responsables del legado que tenemos y debemos cuidarlo para que las generaciones venideras puedan disfrutarlo igual que nosotros”, apuntaba el responsable provincial, quien incidía en que “desde la Diputación llevamos haciéndonos eco de este sentir varios años. No recuperamos el patrimonio de la provincia de Cuenca por capricho, sino porque la mayoría de los pueblos y de sus habitantes nos lo piden”, afirmaba.
Prieto destacaba, no obstante, el binomio ejemplar del que ayer era testigo, “una restauradora que ofrece su profesión y el amor a su pueblo para que su riqueza patrimonial no se pierda” y aseguraba que la institución que preside va a seguir con su compromiso de velar por el potencial y los recursos de nuestros municipios.
Rosario Arcos, por su parte, explicaba la delicada tarea que ha llevado a cabo en el cuadro, desde el desmontaje del retablo en el que se encuentra y su traslado hasta su regreso a la iglesia. “Han sido cinco meses intensos, en los que he trabajado sola en la obra con mi marido, que me ayudaba, por las dimensiones del lienzo, a tensarlo”, comentaba la restauradora.
“Tenía unos abolsamientos muy grandes en la parte superior, un roto y una especie de quemado en la parte central. También estaba cortado”, detallaba Arcos Miota, quien se remontaba a su niñez para explicar su amor a la historia y al arte: “Quiero dar las gracias a mis padres y a mi abuela que me contaban la historia de mi pueblo. La idea de restaurar el cuadro de San Cristóbal surgió porque me gusta mucho Las Majadas y, por supuesto, la iglesia”, declaraba.
No es la primera vez que la restauradora actúa sobre una obra del templo, ya que, hace años, recuperó otros dos cuadros: “Los situados en la parte de arriba, estaban muy oscuros y trabajé en ellos enfocada, principalmente, en que las imágenes tuvieran algo más de luz, El Calvario sobre todo es muy tenebrista, y he intentado crear un conjunto armónico, que encaje en el retablo”, explicaba.
“La gente, por regla general, sabe que lo que tiene en su pueblo es bonito y que puede ser valioso, pero como lo ha visto siempre, no percibe realmente cuál es ese valor. Yo me dedico a la restauración, tengo muchas inquietudes, sobre todo relacionadas con el arte y me supera que una obra que es tan impresionante y que está en un pueblo pequeño se deteriore”, apuntaba Rosario Arcos.
Finalizaba realizando un llamamiento “a todas las personas que puedan contribuir a recuperar nuestro patrimonio, en especial en mi pueblo. Poco a poco tenemos que seguir poniendo en valor nuestra iglesia y demostrarle a toda la provincia, a Castilla-La Mancha y a España que hay que venir a visitarla porque tiene un gran valor artístico”.