Podrá visitarse del 6 al 30 de octubre en el Museo Municipal de Albacete
El pintor natural de La Roda (Albacete) Antonio Carrilero inaugura mañana jueves día 6 de octubre L»a plenitud de los 80″, una selecta exposición de 32 cuadros de reciente factura en el Museo Municipal de Albacete.
Según explicaba el propio artista, es una selección de los aproximadamente 200 cuadros que “he pintado en estos dos últimos años” y con los que el veterano maestro del pincel, a sus 80 años de edad, pretende demostrar que su obra tiene “el mismo vigor” que la creada cuando era joven.
Como suele ser habitual en sus muestras, el paisaje, “donde –confiesa- más a gusto me siento, donde más disfruto”, predomina sobre el resto de temáticas. Sólo algún bodegón y algunas flores han conseguido salvarse de la criba y estar presentes en esta exposición que podrá visitarse hasta el 30 de octubre. La que ahora se abre, se suma a las más de 60 que ha ofrecido a lo largo de su vida profesional, cuatro décadas, en España y en otras partes del mundo.
Carrilero se considera profesional de la pintura a partir de los 40 años cumplidos, pues aunque su vocación y devoción comienza en su niñez – buena muestra de ello son sus cuadernos escolares que Carrilero guarda con nostalgia y donde la capacidad del artista ya superaba al por entonces colegial- no fue hasta los 40 cuando pudo comenzar a vivir de su obra y a dedicarse a ella plenamente, “antes me fue imposible” reconoce con humildad.
Con ochenta años cumplidos Carrilero sigue buscando el cuadro perfecto. Confiesa noblemente que ese momento no ha llegado, pues “no consigo la obra que yo quisiera” reconoce sin reparos, para añadir a reglón seguido que “esa es la lucha que tiene el artista siempre”. Inconformista y honesto, como los grandes de la pintura, reconoce que aún no ha realizado la obra que le deje plenamente satisfecho, a pesar de ser unos 2.000 cuadros los pintados a lo largo de su vida.
Es esa búsqueda la que quizá alimenta su vitalidad y las ganas de pintar. “La pintura es mi vida. Con la pintura lo tengo todo, aunque no tenga nada. Es la lucha del artista de querer hacer aquello que nunca llegará a conseguir”, añade el ilustre rodense. Aun así, seguidamente reconoce que “si un día llegara a pintar un cuadro del que estuviera plenamente conforme con él, sería el momento de dejar de ser pintor, porque en ese punto acabaría todo”. Y en esa dicotomía consecuente vive el pintor, entre el anhelo de alcanzar la plenitud y la consciencia permanente de saber que lograr la obra deseada puede suponer el fin de una búsqueda y, sin esta, la ausencia de aquello que da sentido a la pasión de pintar.
Sobre estas cuestiones, de la pintura y de los cuadros con alma, especialmente los retratos, de lo mucho que hay en cada uno de ellos del autor; del sentimiento… de todo ello y más habla con auténtica pasión y vitalidad, la misma que desprenden sus ojos, que brillan de manera muy especial, tanto que quien lo observa no sabe quién habla, el joven Antonio Carrilero o el veterano y consagrado artista. Un Carrilero atemporal que con esta exposición reivindica la fuerza de su pincelada, el vigor de su obra y la permanente lucha por elaborar ese cuadro que una vez finalizado aporte al artista la satisfacción plena.