Nazarenos, de todas las provincias, Albacete, Toledo, Guadalajara, Cuenca o Ciudad Real; o costaleros que portan los pasos procesionales, muchos de ellos de gran peso y tamaño
Con la llegada de la Semana Santa, COFICAM quiere, un año más, aportar su colaboración ofreciendo una serie de consejos básicos a costaleros y tamborileros, que les ayuden a evitar lesiones posteriores. Y es que son muchos los castellano-manchegos que, de una manera u otra, participan activamente en la celebración de la Pasión en Castilla-La Mancha dotando de interés nacional e internacional nuestra Semana Santa. Así nazarenos, de todas las provincias, Albacete, Toledo, Guadalajara, Cuenca o Ciudad Real; o costaleros que portan los pasos procesionales, muchos de ellos de gran peso y tamaño; y tamborileros, como los de Hellín o Tobarra, podrán hacer uso de estos consejos, basados principalmente en la importancia de tratar de adoptar las posturas correctas, para no sufrir lesiones en la espalda que podrían acarrear molestos problemas de salud.
Son, por tanto de consejos destinados a la prevención ya que la mayoría de los dolores y posibles lesiones, son evitables y pueden producirse, a menudo, por el desconocimiento de nuestro propio cuerpo, de su preparación física y de la ergonomía que debemos mantener ante esfuerzos físicos tan importantes.
Costaleros
Desde el Colegio aconsejamos a los costaleros trabajar con antelación la fuerza y la resistencia con el fin de evitar problemas articulares y musculares. Otro de los consejos es el de caminar mirando al frente durante todo el trayecto, evitando tensar el cuello y con la espalda recta.
También es importante no flexionar del todo las articulaciones del codo y la muñeca y mantener la musculatura abdominal contraída. Del mismo modo, hay que destacar la importancia de utilizar medidas protectoras como fajas o vendajes funcionales para las zonas con mayor riesgo de sufrir lesión y realizar ejercicios de estiramiento antes de sacar el paso y durante los relevos.
Tampoco debemos olvidarnos de otros asuntos clave como la práctica diaria de ejercicio para mantenerse en forma, y la necesidad de repartir bien el peso a la hora de procesionar cualquier paso. Se trata de distribuir el peso adecuadamente entre los costaleros que participen para evitar que, la parte de mayor carga del paso, caiga más sobre unos costaleros que sobre otros.
También a los tamborileros
En esta misma línea, desde COFICAM también incidimos en la importancia de que los tamborileros que participan activamente en la Semana Santa de muchos de nuestros municipios, sigan una serie de consejos básicos para evitar lesiones. Así, realizar estiramientos de todos los grupos musculares que se van a ejercitar, incluyendo estiramientos y ejercicios de movilización en muñecas, codos y hombros, nos ayudará a evitar futuras posibles lesiones. Además, hay que tener especial cuidado con los más pequeños a la hora de seguir estos consejos, ya que en los adultos la cápsula articular del hombro está desarrollada y la cabeza del húmero está protegida por tendones y músculos, no ocurriendo lo mismo en los niños.
Hay que subrayar que, antes de empezar a tocar el tambor durante un largo período de tiempo, es importante realizar movimientos en círculo de la muñeca, para preparar las articulaciones ante el esfuerzo que se va a llevar a cabo. Del mismo modo, y aunque sea difícil porque la fiesta lo requiere, es importante seguir pautas de descanso cada cierto tiempo, para no sobrecargar las articulaciones.
Al igual que los costaleros, los tamborileros también deben caminar mirando al frente y con la espalda recta, evitando tensar el cuello. Además es importante no flexionar del todo las articulaciones del codo y la muñeca y mantener la musculatura abdominal contraída. También aquí, hay que recomendar el uso de medidas protectoras como fajas o vendajes funcionales para las zonas con mayor riesgo de sufrir lesión.
Para concluir esta batería de consejos, Natalio Martínez, del Colegio, ha resaltado que puesto que la prevención es clave en estos asuntos, “lo importante es ser conscientes de los posibles riesgos existentes y ante cualquier duda, recomienda acudir a un centro sanitario o clínica de Fisioterapia para poder ser atendido por un profesional sanitario especializado en la materia y que, tal y como hemos explicado en otras ocasiones, no es otro que aquel que ha recibido la formación universitaria adecuada para ello”.