Alejandro Rutz: “Noppera-Bo es un cortometraje sobre el terror de perder nuestra identidad”
El Teatro Quijano de Ciudad Real acoge mañana viernes el último de los estrenos absolutos de la séptima edición de FECICAM dentro de la última sesión de proyecciones. Alejandro Rutz, presentará en este espacio su trabajo “Noppera-Bo”, el corto de terror con el que participa en la Sección Oficial del Festival de Cine de Castilla-La Mancha, FECICAM.
Rutz (Madrid, 1991), que ya participó en la pasada edición con ‘La Belleza’, confiesa que ha elegido FECICAM para estrenar su corto porque considera a Ciudad Real su segunda casa. Y es que, además de ser la sede de la productora para la que trabaja destaca que la “la humildad y la amabilidad de la gente hacen de La Mancha un lugar magnífico para cualquier producción”, por lo que espera que el público se entretenga y mire por la ventana de Downpour durante unos minutos.
“Noppera-Bo” es una apuesta de este realizador por el género de terror, generalmente menos cultivado que la comedia. En opinión de Rutz, aunque existe la creencia que es más difícil crear tensión y miedo que risas, considera que la comedia y el terror son bastante parecidos en cuanto a la reacción del público. “Una historia de comedia puede hacer gracia o no, una historia de terror puede dar miedo o no, el problema es que si no consigues dar miedo en una historia de terror, provocarás risa y eso no es bueno”.
Según su director se trata de “un cortometraje sobre el terror de perder nuestra identidad” que recurre a un personaje poco conocido de la mitología japonesa, Noppera-Bo. Y al contrario de lo que pueda parecer, relata Rutz, los relatos de terror orientales tienen iconos que aterrorizan a los occidentales. “Lo que significa que hay una conciencia común en cuanto a lo que nos da miedo a los seres humanos”, añade.
Las influencias de este realizador están en figuras como Terry Gilliam, Wes Anderson o Andrew Nicole. Rutz adora a los directores que siguen una visión, un método, una manera propia y personal de hacer las cosas; “me gustan los directores que escriben y dirigen sus propias películas. Creo que hay algo genuino en encontrar armonía entre la escritura y la dirección, dos actividades muy diferentes”, afirma.