Se trata de una historia con carácter y sencillez, que no promete grandes aventuras ni situaciones fantásticas, pero que concentra en sus páginas la fuerza de la novela de narrativa desde una descriptiva primera persona que atrapa desde el principio y termina como nadie espera.
Con sólo 25 años, el trillano Asier Castro acaba de publicar su cuarta novela, ‘Campos de tinta’. Con menos de veinte años, el joven escritor se embarcó en la escritura, y posterior publicación, de una trilogía de novela negra, a medio camino entre el thriller y la ciencia ficción, que logró ya entonces un cierto éxito editorial. Tres años de documentación, trabajo, rectificaciones y correcciones después del cierre de su primera obra, “dio a luz”, como a él mismo le gusta decir, el pasado 4 de febrero este nuevo trabajo, en el que según sus lectores habituales y cercanos descubre una prosa profunda, no exenta de poesía.
Con este nuevo trabajo, más maduro, Castro aborda ahora el realismo, siempre, como es él, con un cierto toque mágico. El joven escritor ha puesto sus miras más allá y considera que ésta no es sino “una de tantas historias que le quedan por dar vida” y avanza al final de las páginas del libro el título provisional de lo que podría ser su siguiente publicación.
‘Campos de Tinta’ es una historia con carácter y sencillez, que no promete grandes aventuras ni situaciones fantásticas, pero que concentra en sus páginas la fuerza de la novela de narrativa desde una descriptiva primera persona que atrapa desde el principio y termina como nadie espera.
La novela relata una historia familiar en la que Mikel, su protagonista, narra una serie de infortunios y malas decisiones que le llevan de mantener una relación y trabajar como locutor de radio en Madrid, a embarcarse sólo en una disparatada búsqueda de la máquina de escribir con la que su abuelo, cincuenta años atrás, había dejado impresa su historia al llegar a España durante la Primera Guerra Mundial.
Su ancestro, un inmigrante inglés afincado en Hondarribia (Gipuzkoa), había construido un caserío al que llamó Campos de Tinta donde vivió con su familia hasta el día de su muerte. Una vez perdido el trabajo y su relación con Nuria, el joven periodista viaja al norte en busca de una máquina de escribir que le hará encontrarse a sí mismo.
Asier Castro, nacido en Guadalajara el día 10 de junio de 1990, creció y comenzó sus estudios en Trillo, pueblo del que forma parte y del que habla con orgullo siempre. Sus padres, Ana (madrileña) y Manolo (sevillano), se conocieron en Euskadi, tierra en la que pasaron prácticamente toda su infancia. Viajaron a Trillo por motivos de trabajo y decidieron formar su familia en la localidad alcarreña.
Castro ya mostraba a temprana edad su interés por la pintura, la escritura y el arte. “Siempre conté con el apoyo de mis padres que decidieron que el camino correcto sería el que yo quisiera tomar”, cuenta. A los 18 años publicó su primera novela, ‘Los Hijos de LIZ’, seguida años más tarde por ‘El caso Kopkin’ y ‘La guerra de Bone’, una trilogía de género negro y policíaco que no sólo le despertó la vocación por la escritura sino que le sirvió para forjar su estilo narrativo. Una vez cerrada la historia que relataba las aventuras y desventuras de Izan Bone, se centró en un nuevo proyecto, ésta vez el género sería la narrativa española.
‘Campos de tinta’ se ha publicado en dos formatos de papel diferentes (además de cómo e-book convencional y en versión Kindle, una aplicación gratuita para todos los dispositivos smartphone, pc, tableta, iPad y Mac con el que pueden leer el libro), uno efecto cuaderno viejo (al que corresponde la imagen adjunta con la nota de prensa) y otro más sencillo, que se distribuye por Amazon en todo el mundo y que está teniendo una prometedora acogida entre el público.
En la web amazon.es los lectores cuentan con una descarga gratuita de dos capítulos en formato kindle. Además, los interesados pueden seguir a Castro en Twitter con el seudónimo @zitronediciones. El Ayuntamiento de Trillo apoya el lanzamiento de la novela, imaginada y escrita por un trillano, y además pondrá a disposición de Castro alguno de los espacios municipales para la presentación del libro en la próxima edición del Julio Cultural.
