La Asociación de Amigos de Viana de Mondéjar ha organizado la XVI Edición de sus populares Migas en la que los lugareños invitan a propios y extraños a probar el manjar de los pastores, que en la localidad trillana era costumbre comer siempre a partir de septiembre, y hasta diciembre, acompañado de uvas del terreno.
La Asociación de Amigos de Viana de Mondéjar, que en 2015 ha cumplido diecisiete años, ha organizado la XVI Edición de sus Migas Populares. Los lugareños invitan a propios y extraños a probar este manjar de los pastores que en la localidad trillana se solía comer a partir de septiembre, y hasta diciembre, con uvas de mesa, escogidas entre los mejores racimos de las viñas. Los vianeros las conservaban en las cámaras, o desvanes, como postre.
Con una experiencia amplia ya a sus espaldas, los lugareños han aprendido a cocinarlas en grandes cantidades. En primer lugar, han estrenado una estructura que eleva las calderas para no trabajar en posturas forzadas. Pero además, en lugar de darle vueltas al pan en una única perola gigante, este año han distribuido el pan en tres, propiciando así que los sabores mezclaran mejor.
A mediados de semana, los integrantes de la Asociación encargaron el pan. Treinta kilos ya cortados, que han aderezado con once de mandarinas, otros tantos de uvas, más de veinte de chorizo y de panceta, respectivamente, y dos de ajos. El día de antes, los ‘cocinillas’ de la Asociación humedecieron las migas y las dejaron reposar. Ya el sábado por la mañana, les dieron otra vueltecilla para terminar de ahuecarlas y dejarlas en su punto exacto de esponjosidad para que el pan absorbiera la grasa.
Como más o menos los comensales son en torno a 150, los vianeros saben exactamente las proporciones adecuadas y los tiempos que hay que aplicar en la cocina. Los chefs empezaban la mañana pelando los ajos y partiendo la carne en trozos del tamaño adecuado. Después frieron los ajos, la panceta y el chorizo, por separado y en aceite de oliva. Con la carne ya en su punto, los cocineros empaparon el pan con el aceite caliente de la fritura mezclado con grasa de los de los tres elementos. Poco a poco, el sabor se adhirió a las migas, a base de vueltas. Por último, añadieron la carne al pan. Y más y más vueltas.
Y mientras unos socios cocinaban, otros recibían su clase de percusión con la Vianatukada, instruidos por su profesor, Rubén Ruiz, con las Tetas de Viana al fondo. De esta manera, parecía que los unos le ponían el ritmo y animaban el trabajo de los otros. Hace unos días, la Vianatukada volvía a actuar como reclamo para recabar fondos en el Día Internacional contra el Alzheimer, respondiendo a la petición de una asociación de Alcalá de Henares.
Ayer se sentaron a la mesa del Centro Social de Viana el número de comensales esperado, en torno a 150 personas, de Viana, Azañón, Morillejo y Trillo principalmente, que en excelente armonía degustaron las migas hasta bien pasadas las cuatro de la tarde.
La fiesta de las Migas de Viana se organiza siempre en torno al Día de Los Santos, siempre en el sábado del puente. Actualmente la Asociación organizadora la integran 108 miembros, que proponen un buen número de actividades, con el fin de continuar viniendo durante todo el año al pueblo. Por la tarde, la Asociación compró caramelos, que fueron repartidos por las casas para que los niños y niñas del pueblo, disfrazados, fueran pidiéndolos y recibiéndolos, al tiempo que hacían también una yincana. Acompañando a los vianeros y a su alcalde pedáneo en las Migas hubo una delegación municipal de Trillo, que encabezó la teniente de alcalde del Ayuntamiento, Beatriz Muñoz.
