Lo pronunció el presidente de la Diputación Provincial, José Manuel Latre, en una Ermita abarrotada, que estrenaba en la fiesta la restauración del fresco del siglo XVII, así como también La Serrana vestía por primera vez nuevo manto, donado por una costurera anónima.
La fiesta de Tamajón nace alrededor de la devoción agallonera por la Virgen de los Enebrales. A partir de las once de la noche cientos de agalloneros salían con sus linternas para recorrer andando los casi dos kilómetros que separan el casco urbano de Tamajón de la Ermita de la Virgen de los Enebrales. Una vez allí, escucharon el pregón de las fiestas y presentaron sus respetos a ‘La Serrana’.
Ya en la Ermita, el alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban, tomó la palabra para dar la bienvenida al pregonero, José Manuel Latre, y agradecerle su presencia en la villa y agradecerle su presencia, aprovechando la ocasión para felicitarle por su nombramiento como presidente de la Diputación y para desearle un mandato fructífero. Latre acompañó a los agalloneros andando, en camino de ida y vuelta hasta el lugar.
El regidor también recordó las dos novedades con las que contaba la celebración de ayer. En primer lugar, la Ermita estrenaba la restauración del fresco, destruido en la Guerra Civil, que narra el origen de su fundación, una obra anónima del siglo XVII, y recordó también que ‘La Serrana’ estrenó ayer manto, bordado por una costurera que ha querido permanecer en el anonimato. Como cada año, el cuerpo de enebro de la Virgen recordaba, al igual que el fresco, ahora impecable, sus orígenes. Esteban deseó también unas felices fiestas a sus vecinos al tiempo que les invitó a participar en todos los actos.
Tomó después la palabra el presidente de la Diputación para recordar en primer lugar el origen de la Ermita, cuando, según cuenta la leyenda, la señora de los enebrales se le apareció al cura de Tamajón cuando iba con la mula al pueblo vecino de El Vado a decir misa y fue atacado por una serpiente. Al encomendarse a la Virgen, se le apareció sobre un enebro, apaciguando al animal con su resplandor. Y también recordó unos versos de Jesús García Perdices sobre ‘La Serrana’: “Tu Ermita es apeadero, camino del Ocejón; cuando la ve el montañero, siempre reza una oración”.
Por último, Latre recordó que la Diputación Provincial “apuesta por los pueblos y sus vecinos, por sus tradiciones y sus costumbres, por el mercado medieval, por la festividad de San Isidro, por la fiesta de las botargas y las mascaritas, y por la Virgen de los Enebrales”, antes de dar los vivas a Tamajón y sus pedanías, y a ‘La Serrana’.
Después de que la Ermita, abarrotada, rezara la Salve a la Virgen, el historiador local, y subastero de las andas de la Virgen, Darío Santos, leyó en el altar una poesía dedicada a la patrona de Tamajón. “!Virgen de los Enebrales!, reina y madre de los agalloneros, protege a los hijos de este pueblo, que dispersos por el mundo entero, a gritos de dicen: Serrana, te quiero”.
Siete peñas de fiestas hicieron ofrenda floral a la Virgen. Fueron la Peña El Santo Brugal, Los Cachimberos, Estamajo, Whissy´n, Los Turutas, A ti ke te importa y Porkycasino. Por último, los agalloneros cantaron juntos el himno de la Virgen de los Enebrales, en el momento más emotivo del pregón. “Oh Virgen de los Enebrales, patrona de esta villa, jamás nos desampares, en esta pobre vida. Se siempre nuestra madre, se siempre nuestra guía, en este triste valle, de lágrimas y espinas. Salve, reina de hermosura, refugio del pecador, origen de la dulzura y fin de nuestro dolor”. Antes de dejar la ermita, todos los presentes se acercaron al altar, para mostrarle su devoción a ‘La Serrana’.
