Miles de personas han abarrotado la glorieta del Prado para para presenciar in situ las danzas y los dichos de los Danzantes del Cristo
Un espléndido día más de verano que de primavera acompaño ayer viernes al Cristo de la Viga y a sus Danzantes en el 1º de mayo en el que miles de villacañeros y visitantes participaron durante la jornada en la celebración más importante que tiene lugar en localidad toledana de Villacañas, la festividad del Santísimo Cristo de la Viga, de las fiestas religiosas y populares más conocidas y destacadas de Castilla-La Mancha, declarada de Interés Turístico Regional.
Los protagonistas un año más ha sido los Danzantes que han vuelto a realizar la cita más multitudinaria, con la ejecución de los dichos y chascarrillos y la danza completa en el auditorio de la Glorieta del Prado, que han seguido un público que ha abarrotado el recinto.
Antes, desde primera hora de la mañana se iniciaron los tradicionales ritos, como la reseña o retreta. Para acudir después a la función religiosa en la iglesia parroquial, la comitiva se dirigió a la Plaza de España donde se dio la bandera delante de las autoridades, presididas por el alcalde, Santiago García Aranda. En una iglesia abarrotada, ha presidido la eucaristía el obispo auxiliar de Toledo, Monseñor Ángel Fernández Collado.
El acto más multitudinario junto a la procesión vespertina ha tenido lugar cerca del mediodía, cuando los Danzantes han ejecutado su danza completa y recitado los tradicionales dichos y chascarrillos ante las miles de personas que se han dado cita en la Glorieta del Prado. En esta edición 2015 han danzado como maestro Ángel Novillo Sánchez de Pedro, como danzantes Juan Ernesto Santos Bueno, Juan Mayordomo Perea, Javier Aranda Sesmero, Luis Miguel Torres Clemente, Jesús Martínez Saelices, Antonio Gómez-Calcerrada Saelices y Francisco J. Pintado Perea. Los chascarrillos este año los ha contado José Mª Prisuelos Espada, portador de la Porra. Las alforjas las lleva Isabel Mª Vaquero Espada.
La cofradía ha aprovechado para homenajear a cuatro danzantes de otra época. Han recibido el reconocimiento Jesús Díaz-Rullo Amador, que fue Maestro en 1961; Agapito Amador Carrascosa e Isidoro Torres Irala, que fueron Danzantes; y Jesús Saelices Santos, que llevó las alforjas.
Ya por la tarde se celebra la tradicional y también multitudinaria procesión con la imagen del Cristo de la Viga, que acompañada en todo momento por los Danzantes, la cofradía y miles de ciudadanos, concluye en una abarrotada iglesia parroquial, en la que se ejecuta la danza “La marcha real” como despedida a la imagen del Cristo. Los Danzantes concluyen la jornada realizando las últimas danzas en varias casas de miembros de la Cofradía, para terminar –ya por la noche- en la del Mariscal.