Carlos Cotillas agradeció el gesto de una empresa que es “un ejemplo por su responsabilidad social corporativa y por su corazón”
La popular embarcación símbolo del hermanamiento de la localidad de Lepe y Tomelloso ha regresado a su ubicación habitual del parque Embajadores, gracias a los trabajos de restauración que se han llevado a cabo en la empresa ANRO. La madera con la que estaba construido el barco de Lepe como se le conoce popularmente en la ciudad, se encontraba en muy mal estado por los rigores de la climatología. La acertada y oportuna restauración llevada a cabo en poco más de 10 días ha consistido en el forrado completo con una cubierta exterior de chapa de la nave, una labor realizada desinteresadamente por ANRO y sus empleados para que los tomelloseros y visitantes a la ciudad puedan seguir disfrutando de uno de los monumentos más emblemáticos.
Al acto de regreso del barco de Lepe a su habitual escenario, estuvieron numerosos trabajadores de la empresa ANRO que han participado en la restauración, vecinos del barrio y miembros de la Corporación Municipal.
Carlos Cotillas, Alcalde de Tomelloso, en nombre del Ayuntamiento y de toda la ciudad, quiso dar las gracias a trabajadores y directivos de ANRO por un gesto que les honra y que ha servido para garantizar durante muchos años esta emblemática y querida embarcación. “Lo que queremos es que dure muchos años, explicaba, y nos sintamos orgullosos de que lo habéis hecho por nuestro pueblo, con un barco que a partir de hoy vuelve a ser el barco de todos los tomelloseros y el barco de ANRO, de sus trabajadores y sus familias. En nombre de toda la corporación, muchas gracias”.
Cotillas expresó su deseo porque todos “sigamos el ejemplo de una empresa con una marcada responsabilidad social corporativa y con corazón, y nos esforcemos en cuidar el entorno, el mobiliario urbano, las plantas y los jardines contribuyendo así a que Tomelloso sea cada vez más grande”. De este modo, recordó el primer edil, las arcas municipales, las de todos los tomelloseros, se podrán dirigir a nuevas inversiones y no a reparaciones de aquello que es víctima de destrozos.
Rafael Rodríguez, director general de ANRO, explico las complicaciones surgidas en el proceso de restauración como consecuencia del mal estado de las maderas. Afortunadamente el barco en su traslado a la empresa no sufrió daños y una vez en la fábrica comenzó el proceso de restauración. Rodríguez explicó que la cubierta del barco está completamente cerrada, evitando así que el agua de lluvia penetre en su interior, de forma que este monumento pueda ser disfrutado muchos años más y el Ayuntamiento se gaste poco dinero en su mantenimiento. Fueron los mismos trabajadores y la propia empresa los que decidieron donar el trabajo de restauración a la ciudad de Tomelloso guiados por la ilusión de trabajar por su pueblo y hacer alguna donación simbólica que permanezca en el tiempo, explicó Rodríguez para finalizar.