Almiruete pedanía de Tamajón, en el noroeste de la provincia de Guadalajara
Ana Guarinos, presidenta de la Diputación de Guadalajara y el delegado de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Luis Condado han asistido a la celebración del Carnaval de Botargas y Mascaritas, recuperado hace 30 años
Con su peculiar y original Carnaval, el pueblo de Almiruete ha tenido oportunidad de presumir de una las citas más peculiares de cuantas forman parte del calendario de Fiestas de Interés Turístico Provincial, que este año celebra 30 años desde su restauración y recuperación, pero que desde siempre ha formado parte de las señas de identidad del pueblo, teniendo como protagonistas a ‘Botargas y Mascaritas’.
Vecinos y cientos de personas llegadas de todos los rincones, la festividad ha tenido el apoyo de la autoridades de la Diputación de Guadalajara y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y ha contado con la presencia de la presidenta de la Institución Provincial, Ana Guarinos; y del delegado de la Junta, José Luis Condado; y de la diputada nacional, Encarnación Jiménez; el diputado delegado de Turismo, Jesús Parra; el alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban de la Morena; el alcalde pedáneo de Almiruete, César Cabrera; y la coordinadora de Hacienda, Rosario Juberías, entre otros, que han querido compartir con los vecinos de la localidad esta singular celebración.
Todos han seguido el desarrollo de esta fiesta, desde el mismo momento en que los ‘Botargas’ irrumpían ruidosamente en el pueblo para dar comienzo a una fiesta que desde 1985 vuelve por Carnaval a llenar las calles de Almiruete, merced al empeño de un grupo de vecinos de la localidad –entre ellos, Miguel Mata, Alberto González y Daniel Serrano, actual presidente de la Cofradía de Botargas y Mascaritas- que hace ya 30 años recuperaron del olvido esta fiesta ancestral, consiguiendo implicar a los más jóvenes y garantizar la continuidad de la tradición. De hecho, ha habido adolescentes y un buen número de niños entre los botargas y mascaritas que han celebrado el Carnaval de Almiruete.
Firme defensora de la cultura popular, la máxima responsable de la Diputación de Guadalajara considera que “es muy importante mantener las tradiciones de los pueblos, porque nos unen a nuestra gente y a nuestra tierra. En Guadalajara tenemos magníficos ejemplos de esas costumbres populares que forman parte de nuestra cultura y que se mantienen con gran arraigo entre la población”.
La tradición festiva
Los botargas –hombres- y las mascaritas –mujeres- forman un tándem perfecto en el carnaval de Almiruete. Son muchos los que se implican en la celebración popular, que una Cofradía se encarga de organizar y que tiene su propio museo en la localidad.
Fieles a la tradición, una veintena de botargas entraban en el pueblo haciendo sonar el cuerno y los cencerros antes de comenzar el recorrido de tres vueltas completas por las calles, cumpliendo así un ritual marcado por la costumbre: en la segunda recogen a las mascaritas y, juntos, acaban en la plaza, principal escenario de los actos que siguen a continuación, incluido el esparcido de ‘pelusas y papelillos’ entre el público asistente que, como puede, se ‘protege’ de la singular batalla; las carreras tras el botillo –con la salida de la vaquilla, el oso y el domador-, la música tradicional y la degustación gastronómica con que acaba la fiesta.
El Carnaval de Botargas y Mascaritas es una celebración muy popular y muy querida en Almiruete, Orgullosos de su pueblo y de su fiesta, del singular Carnaval no sólo disfrutaron los vecinos e hijos de Almiruete, sino los cientos de personas de toda la provincia, y también de Madrid, que se animaron a compartir la celebración.
El Carnaval de Almiruete se interpreta de varias formas: hay quienes ven en él la necesidad de despertar del letargo invernal para recibir a la primavera; hay quien identifica la fiesta con un homenaje a la vida de los pastores, y los hay que aseguran que la fealdad de las máscaras y el ruido de los cencerros ahuyentan los malos espíritus, que podían afectar negativamente el desarrollo de la vida cotidiana.
Los disfraces
Como no hay carnaval que se precie de serlo sin un disfraz adecuado, en Almiruete los personajes que protagonizan la fiesta lo hacen con la vestimenta que los identifica como únicos. Así, las mascaritas llevan mantón sobre los hombros, cubren la cabeza con un sombrero de paja y el rostro con un trapo blanco -con orificios para los ojos, la nariz y la boca- que cada cual decora a su gusto.
Por su parte, el ‘disfraz’ de botarga se compone de polainas de cuero, calzón y camisa blancos, decorada en el faldón y a la altura de los hombros con flecos rojos, abarcas y calcetines de lana. Con todo, lo más llamativo de los botargas, además de los grandes cencerros que llevan a la cintura, es su careta, normalmente de cartón o madera, diseñada de manera personal. El gorro es una tiara con un pico delante que se adorna con flores y papelillos de colores, aunque durante la fiesta se cambia por un sombrero de paño negro adornado con una rosa.